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2.1 Comunicando con la Palabra

Y el Señor dijo: «Puesto que son un solo pueblo con una sola lengua y esto no es más que el comienzo de su actividad, ahora nada de lo que decidan hacer les resultará imposible».
- Génesis 11, 6

Introducción La comunicación del ser humano ha sido fundamental en su continuo desarrollo. La posibilidad de compartir conocimiento de generación en generación y la necesidad de que queden registrados los hechos, han llevado al hombre a crear sistemas donde estén consignadas esas experiencias y sirvan de memoria para futuras necesidades, dificultades o para el mero registro histórico. Esta huella de nuestro paso por el mundo se puede encontrar en toda la historia humana, desde las cuevas donde nos protegíamos de los animales salvajes y las inclemencias del tiempo, hasta hoy día con señales enviadas incluso al espacio exterior.

Sin embargo, la tradición oral y escrita son nuestras huellas más representativas. Los profetas que, llamados por Dios, se constituyeron en mensajeros de su palabra, orientaban al pueblo en enseñanzas de acuerdo a sus mandatos. Así pues, fueron varios los llamados para ser profetas que, dejando sus ocupaciones, cumplieron con lo ordenado por el Señor. Entre los profetas mayores tenemos a Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel. En los menores podemos encontrar a Baruc, Oseas, Joel, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías, Malaquías y Amós. Fueron también dos profetas muy importantes Elías y Eliseo. Y así continuaron cada uno de ellos con la tradición oral y escrita de proclamar la palabra inspirada por Él, invitando constantemente a la conversión por medio de la Palabra y anunciando la voluntad del Señor. Con el tiempo, las profecías y enseñanzas de estos profetas se empezaron a enseñar en las sinagogas. También a la ley de Moisés se le daba lectura en las sinagogas, donde se reunían las comunidades que sentían la gran necesidad de escuchar la ley e interpretarla para conseguir un mejor discernimiento. Desde estas sinagogas también se anunció la buena noticia del Mesías, nuestro Salvador.

Y es en el contexto de esta ley de Moisés que, Santa María y San José, cuando se cumplieron los días de purificación, llevaron a Jesús al templo por ser el primogénito, como dice la escritura: Conságrame todo primogénito; todo primer parto entre los hijos de Israel, sea de hombre o de ganado, es mío (Éxodo 13, 2). Fue entonces, en Jerusalén, donde a Simeón el Espíritu Santo le reveló que no moriría antes de ver al Mesías enviado por el Señor: Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos» (Lucas 2, 28-31). Posteriormente, los doce Apóstoles, como discípulos de Jesús, recibieron de primera mano las grandes enseñanzas y parábolas que Jesús ofrecía continuamente a la comunidad judía, que le buscaba incansablemente para recibir el perdón de sus culpas o para pedirle milagros. Escogidos uno a uno para ser testigos del gran amor del Padre, sus discípulos le acompañaron en el camino de la vida pública y su dolorosa Pasión, con la gran tarea de evangelizar al mundo entero.

Y es por tanto, con la Palabra, como Jesús enseña a una mejor relación con el mundo y el prójimo. Sin embargo, hoy en día, que se tienen grandes avances tecnológicos, hay un analfabetismo emocional porque no se comunica adecuadamente la Palabra ni se empatiza con el interlocutor. Tampoco se sabe escuchar y, en munchas ocasiones, interpretar. Y de nada nos sirven diplomas, títulos, y demás reconocimientos humanos si no sabemos relacionarnos con el otro y con Dios, que a fin de cuentas, es quien nos ayuda a conocernos a nosotros mismos. En todo esto Jesús, es muy claro cuando dice: Raza de víboras, ¿cómo podéis decir cosas buenas si sois malos? Porque de lo que rebosa el corazón habla la boca (Mateo 12, 34).

La Biblia La Biblia es el libro de libros, el relato más inspirador, aquel que nos lleva a miles de historias que, aún escritas en tiempos antiguos, son actuales en cada tiempo presente. Historias que nos enseñan las leyes de Dios y conforman una guía insuperable para vivir por los caminos de la salvación. Las sagradas escrituras ofrecen aventura, suspenso, intriga, amor, renuncia, alianza, decepción, preparación, milagros, ejemplo y esperanza. Un gran número de emociones que nos acercan a Jesucristo y al Padre, para tener una vida más semejante a su Palabra y una respuesta adecuada a cada una de las preguntas sobre la fe.

La Biblia contiene pues, el manual donde se puede consultar los caminos para la salvación eterna de nuestra alma, con mensajes que orientan el actuar, el pensar y el sentir de una forma simple y clara, mostrándonos... ¡El amor infinito del padre por sus hijos, y la esperanza del fin del dolor como miembros del Reino de Dios! Escrita por Moisés, los profetas, los reyes, los sabios escribas, los cuatro evangelistas, San Pablo, etc; cuenta con la fundamental inspiración del Espíritu Santo. Además, la Biblia, hasta el día de hoy, es el libro más vendido en todo el mundo y cuenta con traducciones en prácticamente todos los idiomas, demostrando así que el pueblo esta sediento de la palabra de Dios.

Los avances en la técnica Los descubrimientos más sencillos como la rueda en la antigüedad, el tornillo de Arquímedes en Grecia, el espejo de bronce de la cultura Egipcia, la imprenta de Gutenberg, el telescopio de Galileo Galilei, internet en el siglo pasado, los viajes a la luna, y un largo etcétera, demuestran la grandeza de la raza humana que no se detiene ante nada. Esa sabiduría e inteligencia nació del soplo de Dios y, a pesar del pecado en el paraíso, el Padre en su inmensa misericordia ha dado al hombre la promesa de no destruir el mundo como ocurrió en el diluvio universal, sellando esa promesa con un hermoso arco iris, prueba de esta gran alianza. Así pues, el Padre con sus simbolismos hermosos quiere hacer entender al hombre su omnipotencia y su deseo constante de que sea parte de su gran reino. Sin embargo, tan gran asombrosos sucesos se consideran ya normales, y ni siquiera se piensa que Dios está detrás de estas inspiraciones. Por eso, algunos científicos creyentes bañados por la sabiduría del Espíritu Santo y su trabajo constante beneficiaron a la humanidad con sus descubrimientos, siempre fueron conscientes de que es desde la humildad desde donde se puede ver la grandeza del Padre.

Con la llegada de la tecnología moderna aparecieron las redes sociales, lugar de encuentro donde manifestamos nuestros intereses comunes y preocupaciones, ofreciéndonos mutuamente alternativas para suplir necesidades de diferente índole y llegando a beneficios psicosociales mediante el contacto virtual que dan la oportunidad de un intercambio sentimental, cultural y hasta religioso. En esta comunicación constante donde hasta el hecho más nímio puede llegar a conocerse en minutos en los lugares más remotos del mundo, se da la oportunidad de casi vivenciar lo que están sintiendo y poder llegar a ser parte de la solución. Sin embargo, también se está desaprovechando el contacto directo de las emociones al hacer desaparecer el contacto físico, fundamental para comunicar cualquier expresión de amor.

Por eso el amor de Jesús se manifestaba, como nos cuentan diferentes pasajes bíblicos, en forma de contacto físico: impone sus manos y toca para curar a los enfermos y expulsar demonios. De hecho, había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y estaba encorvada, sin poderse enderezar de ningún modo. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad». Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios (Lucas 13, 11-13). Además, a la indiferencia del contacto físico se suma la inmediatez que lleva a la angustia constante de que todo sea para ya, a diferencia de lo que nos enseña Jesús: el valor de la paciencia y de confiar en Dios, pues Él cuida de nosotros.

La Iglesia en la red Ante los grandes progresos en las comunicaciones, la iglesia está a la vanguardia con todos los medios a su alcance, cumpliendo con su deber de adaptarse a los cambios para servir y cumplir la misión de evangelizar y acercar cada día más a sus fieles a la Verdad y los designios del Padre. Como paarte de esta misión, hace poco cumplió 64 años la emisión del programa Minuto de Dios que inició su andadura el 10 de enero de 1955 en Colombia, cuya tarea es llevar ese mensaje diario de la Palabra y ser participe activo de los cambios estructurales y sociales donde se le necesite. El Padre García Herreros condujo el programa por 38 años y lo continuo el padre Diego Jaramillo cumpliendo ya 26 años en esta hermosa labor de comunicar la fe católica. A esto se le suman también a nivel mundial la Santa Sede con páginas web, blogs, prensa, portales, y otros medios que difunden y ayudan al conocimiento de la religión católica orientándonos sobre nuestra misión y dando a las nuevas generaciones alternativas para conocer de Dios.

De hecho, hoy en día tenemos al alcance de la mano en nuestros móviles la Biblia, la información de la iglesia católica, el Santo Rosario, y un largo etcétera. En fin, no hay excusa para no buscar a Dios. Los testimonios diarios de conversiones nos ayudan a buscar opciones ante esos momentos de confusión. Divulgados por prensa, radio, televisión, páginas de internet, constituyen una gran herramienta para mostrar al mundo que, cuando se le abre el corazón a la Palabra, se goza también de la compañía de la virgen María intercesora que les ve como hijos suyos amados y los conecta con el amor del Padre.

Pero aunque en una ventana de ordenador puede estar la respuesta a la inquietud que se tenga de la fe católica, es fundamental la figura del director espiritual, el sacerdote santo que a nivel local está llamado a mantener la fe viva de los feligreses. Ellos continúan ofreciendo el gran regalo del bautismo, la Eucaristía y el perdón de los pecados, para seguir cada día su camino. A muchos de ellos los encontramos también grabando videos que ayudan a la juventud, haciendo uso de las tecnologías con las que ellos se identifican, con el fin de llevar la Palabra a cada uno de nosotros.

Práctica Se puede decir entonces que esta tradición oral y escrita de los profetas y apóstoles los llevo a la enseñanza de la Palabra de Dios y a comunicar su Santa Voluntad a toda la comunidad, en busca de despertar ese gran amor que debemos tener a Dios y el deseo de cumplir sus mandatos, fortalecidos por el Espíritu Santo con todos sus dones y frutos, como misioneros de la Iglesia Católica. En el catecismo católico podemos leer que muy pronto se llamó catequesis al conjunto de esfuerzos realizados por la Iglesia para hacer discípulos, para ayudar a los hombres a creer que Jesús es el Hijo de Dios, a fin de que, mediante la fe, ellos tengan la vida en su nombre, para educarlos e instruirlos en esta vida y construir así el Cuerpo de Cristo. La Iglesia no ha dejado de dedicar sus energías a esa tarea (Catechesi Tradendae)[75].

Reflexión sobre la evangelización
  1. Si todos somos Iglesia y estamos llamados a evangelizar como profetas que somos... ¿Cómo podría evangelizar en mi familia?
  2. ¿Cómo se puede evangelizar a los adolescentes y amigos que dicen no creer en Dios?
  3. ¿Se necesitaran prodigios y milagros para poder creer en las enseñanzas de Jesús hoy día? ¿Cuáles?
  4. ¿Cómo crees que se comunica diariamente Dios con sus nosotros, sus hijos? ¿Y nosotros con Él?

Aunque se goce de los bienes materiales para una vida cómoda, existe un espacio de nuestra alma que busca constantemente el equilibrio con la naturaleza y con los demás, ese origen que llama a estar en armonía con lo más simple: el amor de Dios. Sólo las personas que abandonan todo en esa búsqueda, llenándose de gozo al servicio del prójimo, encuentran su felicidad en Dios, como os invitamos a ver en la siguiente película sobre la Hermana Clare. Y no lo olvides nunca... ¡Dios te ama!

Ver la película "O todo o nada"

Autoría La autoría original de este artículo pertenece a Anónima (Colombia), con correcciones de estilo realizadas por «Curso Católico».

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